Seguidores

viernes, 19 de diciembre de 2014

ESTE JUEVES UN RELATO: AMISTAD ESPECIAL


Entre tantas cosas que quisiéramos conseguir en nuestro diario  vivir, hay una que resulta ser de las más difíciles de encontrar, de esas que más se buscan, a veces con éxito, a veces -o muchas- sin ella; el poder encontrarla de por sí, es tarea harto difícil.

Si esa búsqueda no nos da el resultado que necesitamos y que tanto valor tiene nos permite comprobar -lamentablemente- que su ausencia nos deprime. Sentimos que algo nos falta.

La lista de “eso” que tanto buscamos puede llegar a ser enorme. Para poder conseguirlo, muchas veces, no nos alcanza el tiempo para justificar cuál es la necesidad de tenerlo y cuánto nos duele cuando no podemos conseguirlo.

Nos encontramos en la vida buscando con avidez fortuna, suerte, bienestar, salud, etc. La lista podría seguir infinitamente, pero a pesar de ello, nos cuesta ser los dueños de ese “algo” que suponemos es fácil tenerlo, pero que tanto cuesta conseguir.

Si se nos preguntara que definiéramos eso que tanto valoramos y buscamos, bastarían unas pocas palabras - muy pocas- pero que tanto dicen para sintetizarlo.
Serían qué es para nosotros qué es una amistad especial. Podemos resumirla con rapidez y total seguridad:

“quien tiene un amigo, sabe y siente lo que es ser uno mismo con la piel del otro”

Conseguirlo y sentirlo a nuestro lado en todo momento, nos llena de alegría y satisfacción, es entonces que nos damos cuenta que ya no estamos solos. Ya somos dos. Y con eso basta ¿para qué más?


Más relatos sobre amistades, en lo de San

jueves, 4 de diciembre de 2014

ESTE JUEVES UN RELATO, CARTAS

El tema que nos proponen esta semana desde el Daily viene a propósito con el nombre de este blog.



Si tuviera que recordar todas aquellas cartas que no fueron enviadas cuando debí haberlo hecho, serían tantas, que podría decir por ejemplo, que no habría papel suficiente para escribirlas, y las razones por las que no se enviaron fueron tantas, que aquellas palabras adecuadas para expresar todo mi sentir, no serían suficientes.

Tenía tanto para explicar que muchas veces tuve miedo de que por olvido, quizás, podría correr el riesgo de que mi memoria me fallara en mi deseo de decir tanto; lo simple o lo profundo. Todo.
Pero no lo hice, tal vez por cobardía, pensando en tu posible rechazo.

Hubiera querido decir todo lo que sentía, pero las palabras que buscaba, no las encontré. Habían muerto antes de nacer.

Todo terminó en el intento y otra vez me callé cuando no debía.

Hoy por toda compañía, solo tengo esa tristeza que creí que ya no estaba y sin embargo, sin poder comprenderlo, siento que todavía tiene vida.

El tiempo pasó –mucho- y aún sigue estando en mí aquel amor que nunca pudo ser, ese que todavía sigue callado en completo silencio, pero que tanto duele. Ese que se añora, el que lastima, ese que nunca se fue.

Alguien dijo alguna vez que la intensidad de un recuerdo es lo que marca la grandeza de un momento que pasó, pero que aún lejano, no puede olvidarse.

Hay cosas que nunca mueren, no merecen morir, se las lleva clavadas en el corazón aunque duelan.
Si me pidieran que tratara de explicar una de las tantas cosas que pude haber dicho y no dije, podría resumirlo en unas pocas palabras.

“hoy sé lo que es haber querido mucho y no haber sabido decirlo a quien tanto se quiso”
Siento que otra vez romperé como siempre, el papel que empecé a escribir.

Pasó mucho tiempo, ya es tarde, muy tarde, pero sé que siempre habrá una nueva oportunidad de escribirte. Lo siento, lo sé, y otra vez volveré a intentarlo.